Si hay algo desagradable en las personas es la mala educación y la falta de tacto, es lamentable ver cómo llegas a un lugar dando los buenos días, y nadie te responde. La educación habla por ti, y del ser humano que eres, a la par acompañada del tacto adecuado para tratar con las personas y algo de diplomacia también puede ser una gran herramienta que te permitirá relacionarte con las personas y ampliar tu red de contactos.
¿Te viene a la mente algún jefe, familiar, conocido o amigo que siente que nada lo merece? Ya sea por su posición social, cargo, o reconocimiento este tipo de personas lejos de parecer importantes con actitudes de “mamonería” demuestran su falta de educación.
Creerte por encima de los demás es síntoma de soberbia y arrogancia, y tiene que ver con complejos que en la mayoría de los casos son provocados por traumas de la infancia. Hay una frase que me encanta y dice así “Si quieres saber realmente como es alguien, fíjate en cómo trata a un mesero” , tu educación lo es todo no eres ni más ni menos que nadie, eres un ser humano común y corriente que algún día va a morir. Tu humildad lo es todo y hace la diferencia al momento de entrar a nuevos círculos, por lo tanto no permitas que ideas de superioridad y prepotencia te gobiernen, muchas veces quien más se siente es quien menos tiene por qué hacerlo.
Si quieres encajar en cualquier contexto pon en práctica estas sugerencias:
1.- Saludar ,por favor y gracias:
Al lugar al que llegues siempre saluda, vislumbra con tu presencia por la educación, un “por favor” y “gracias” se tienen que convertir en tus mantras dentro de tu vocabulario, empieza hacer de esto un hábito, al llegar al mostrador de tu cafetería favorita o bien a algún restaurante, siempre saluda con energía y que esa energía siempre sea acompañada por tu mejor sonrisa.
Que no te preocupe si la otra persona no te corresponde el saludo, pasará la mayor parte del tiempo, eso tiene que ser un recordatorio que te haga ver cómo te verías y la sensación que puedes producir a las personas cuando sale a relucir tu falta de educación.
2.-El poder de las palabras:
No es lo mismo decir “Esta noche cena pancho” que “En esta velada Francisco degustará de sus alimentos” , si te das cuenta el mensaje es el mismo, pero la forma en la cual te expresas y las palabras que usas, marcarán la diferencia. Tus palabras son un reflejo de la cultura, conocimiento , e información que existe dentro de ti. Un vocabulario limitado donde de 10 palabras que utilizas 9 tienen que ver con “güey” dejará un mal sabor de boca a primera instancia.
3.-Conviértete en un buen conversador:
Un buen conversador se distingue no por lo mucho que hable, sino por lo mucho que escucha, y cómo a través de ello sigue el hilo de la conversación, haciendo preguntas que dan pauta a que la otra persona siga hablando. Si quieres causar una buena impresión al conocer a alguien ,deja que esa persona hable; Esto no quiere decir que tengas que estar callado todo el tiempo ni mucho menos, esto quiere decir que evites el “yoyismo” hablando de ti todo el tiempo, eso nunca es bien visto ya que cae en el egocentrismo, si de verdad quieres impactar con tu charla, escucha, mira, sigue el hilo de la plática, has preguntas ,esto permitirá que la conversación fluya y tú mismo sabrás cuándo será el timing adecuado para empezar a compartir todo lo interesante y divertido que puedes ser (tocaremos este tema más a fondo en los siguientes capítulos)
4.- Sé tolerante:
Cada cabeza es un mundo y nadie tiene la verdad absoluta de las cosas , ser tolerante es un ejercicio constante de empatía y paciencia , que pone a prueba tu madurez y forma de ver las cosas, ser tolerante te ayudará a comprender porqué una persona piensa o actúa de alguna forma, y más allá de si estas de acuerdo o no con ello. Cuando eres tolerante te vuelves más humano, debido a que paso a paso la venda que nubla tu juicio se va cayendo. Se desvanece todo aquél signo de egoísmo y egolatría que nos incita a pensar que siempre tenemos la razón , y que el punto de vista de la otra persona no tiene importancia.
¡Hasta la próxima!
Christian Conde